Fiesta folclórica que ha perdurado en el tiempo y que se ha perfeccionado con la intervención de folcloristas y arreglistas al acomodarla a las necesidades de un mercado que la acepta como su principal producto de consumo
POR CARLOS HERRERA DELGÁNS(*)
carlosdelgá[email protected]
Llega a un año más de festejos El Festival Nacional del Caimán, en su versión número 62, antes Festival del Caimán cienaguero. Fiesta nacida de una leyenda alucinante que se gesta en el municipio de Pueblo Viejo donde la desgracia enlutó a la familia Bojato Urieles al perder a su hija menor en las aguas del caño de Las Mercedes infectadas de enormes caimanes.
Desde entonces se han tejido versiones que han alimentado la leyenda llena de supersticiones, mitos y fábulas al adaptarla al diario vivir de los seguidores, al punto de convertir la tragedia de una humilde familia en una pieza folclórica contagiosa que ha perdurado en el tiempo y que se ha perfeccionado con la intervención de folcloristas y arreglistas al acomodarla a las necesidades de un mercado que la acepta como su principal producto de consumo.
Cuando juanita, la hija mayor de la familia Bojato Urieles, regresa a casa angustiada sin su hermanita tomasita el papá preocupado le pregunta con la voz quebrada:
“¡Ay! Mijita linda, ¡donde está tu hermana!
Esta respondió con los ojos sollozos:
“¡El caimán se la comió, papá!… ¡El caimán se la comió!
El padre de la niña que celebraba sus cumpleaños, 20 de enero día de San Sebastián, salió en estampida en compañía de amigos y familiares en busca de su pequeña en el caño de Las Mercedes donde su hermana la vio por última vez. Armados de palos y arpones emprendieron la cacería del enorme Caimán, según el testimonio de juanita, engulló a tomasita para sumergirse en las tranquilas y profundas aguas para desaparecer.
Tiempo después, los pueblovijeros se entusiasmaron con la leyenda de la hija de los Bojato Uriles al crear una danza integrada por hombres a la que llamaron la del Caimán, el que se comió a tomasita, transformándola en una pieza musical en versos cantados en décimas,octavas y cuartilla que acompañaban con instrumentos como el tambor, pito atravesao y guacharaca para danzar por las calles del municipio para dar a conocer la leyenda.
Fatalidad convertida en apología a la alegría y al jolgorio al traspasar las fronteras de la población para constituirse en patrimonio cultural de una región. Fue el momento en que los músicos del municipio de Ciénaga visionaron la fábula para enriquecerla musical y folclóricamente. Al respecto, el escritor cienaguero Edgar Caballero Elías, describe la metamorfosis de la danza del Caimán en un artículo publicado el 15 de noviembre de 2023:
“Con el tiempo Ciénaga creó su conjunto folclórico, copió la danza del caimán de Pueblo Viejo, la incorporó y la adaptó a su folclor variando el formato musical reemplazándolo por el acordeón y el clarinete, modificando la coreografía y los versos, hoy cantados en cuartillas. Le dio su importancia a la mujer al integrarla a su danza, pudiendo así mostrar la alegría y creatividad del pueblo cienaguero y finalmente le fabricó su leyenda que fue producto de la fantástica imaginación creadora del siempre recordado amigo y folclorista Darío Torregroza Pérez, dándole vida a su historia, siendo indiscutiblemente la suya, la más clara y precisa de cuantas leyendas se han escrito: la del Puerto de Las Mercedes, pasando a ser Ciénaga así, la casa de esta ilustre y emblemática fiesta, que hoy nos identifica en el país”.
Una tradición oral que en el transcurrir del tiempo se convirtió en una impronta del pueblo cienaguero al adoptarla como su principal fiesta folclórica al festejar cada año durante cinco días el Festival Nacional de la Danza del Caimán. El mismo saurio que devoró de un bocado a tomasita, la hija de los Bojato Urieles, cuando esta jugaba inocentemente a orillas del caño de Las Mercedes. Tragedia familiar convertida en una de las principales fiestas populares del país.
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*Periodista y escritor