El resplandor del recorte del Presupuesto General de la Nación para este 2025 empezó a sentirse en las regiones. Atlántico y su capital Barranquilla comenzaron a sentir los síntomas del ardiente calor por la decisión adoptada por el Gobierno Nacional al podar apropiaciones a ministerios e institutos descentralizados como medida extrema para ajustar el presupuesto de $511 billones de los $523 billones presentado al Congreso de la República al terminar hundiéndolo para colocar en serias dificultades al gobierno.
El 2024 fue un año de intensa sequía en materia de inversiones en Atlántico y Barranquilla y el que inicia pronostica será un Niño devastador que se prolongará al final del periodo del presidente Gustavo Petro, en el evento que la izquierda democrática no alcance retener la presidencia de la República.
El inicio de año muestra las orejas de lo que será el resto de meses a fin de que al alcalde Char y el gobernador Verano no se los cojan con los calzones abajo por la medida del Gobierno Nacional en materia de inversiones. Es sabido que muchas de estas son de nivel central para ser insertadas en los planes de desarrollo de los entes territoriales, por lo que es del resorte de esta columna la apreciación de un economista al manifestar en días pasados que los planes actuales son pura fantasía a lo Harry Potter, ante la poca capacidad de ejecución de los mandatarios al no disponer de partidas como en años anterior, a consecuencia de las abultadas deudas que arrastran la Alcaldía Distrital y la Gobernación, al llegar al máximo tope de su capacidad de endeudamiento, al estar comprometida gran parte del recaudo de sus principales impuestos y contribuciones.
Uno de los grandes proyectos a ejecutarse en la región era el Canal del Dique al resultar seriamente afectado por la poda al cercenarle de un plumazo $700 mil millones, quedando moribundo y los departamentos de Atlántico, Bolívar y Sucre con los crespos hechos al tener que seguir esperando la solución. El Gobierno Nacional en la tarea de cuadrar la caja ha reducido el presupuesto a ministerios y entes descentralizado para suplir los $12 billones faltante de la fallida reforma tributaria, a consecuencia del hundimiento del proyecto por el Senado de la Republica. De tal manera que los rublos para inversión en 2025 adelgazaron sin que se les vea una pizca de carne por la decisión de la Cámara Alta. El proyecto de presupuesto inicial para la vigencia fiscal de 2025 estaba aforado en $523 billones y con la decisión del Senado de la República de hundirlo por retaliaciones políticas el Gobierno Nacional terminó adoptándolo por decreto en el mes de diciembre de 2024. Sin embargo, las metas de recaudo no daban en las cuentas del gobierno para cumplir dicho monto, por lo que decidió presentar al Congreso de la República el proyecto de reforma tributaria para recaudar $12 billones y de esta manera ejecutar sin ningún contratiempo el presupuesto. Sin embargo, este también fue hundido.
Desde entonces, el presidente Gustavo Petro y el ministro de Hacienda buscaban afanosamente la fórmula mágica para tapar el faltante de dicho monto. Una solución añeja a la que acuden los gobiernos de turno en tiempos de crisis es recortar presupuesto a los ministerios y entes descentralizados. Así fue, el ministro de Hacienda expidió el decreto No 0069 del 24 de enero de 2025 por el cual se aplazan una apropiaciones del Presupuesto General trasquilando las siguientes instituciones: minHacienda, $3.8 billones; minTrabajo, $2.8 billones; ANI, $1.2 billones; minDefensa, $785.169 millones; minIgualda millones, $669.053 millones; Consejo Nacional Electoral, $600.000 millones; minInterior, $324.067 millones; minVivienda, $313.137 millones; Invías, $232.200 millones; minSalud, $211.881 millones; Congreso de la República, $167.411 millones; minAgricultura, $108.651 millones; DNP, $92.839 millones; minTransporte, $71.726 millones, la lista es larga.
Queda claro que con la expedición del decreto No 0069 los mandatarios no afines al gobierno del presidente Petro llevarán la peor parte en tema de inversiones al representar a los partidos políticos en oposición al Gobierno Nacional, mientras los amigos y aliados serán los mayores beneficiados en la ejecución de importantes obras, definitivo en un año preelectoral donde la maquinaria política no dispone de recursos del Presupuesto General de la Nación para financiar sus campañas electorales, en esta oportunidad tendrán que costearlas de sus bolsillos.
Desde que el presidente Gustavo Petro asumió las riendas del Estado exigió una rigurosa dieta burocrática y de contratos a los partidos que no estuvieran apoyando su gobierno. Dieta que ha hecho un tremendo efecto en la salud de muchos congresistas al perder algunos kilos y al verse reflejado en el espejo no creen en su nueva figura, entrando en un estado de depresión al pensar que padecen de diabetes o de una terrible enfermedad desconocida. Se conoció que la dieta presidencial es pan y agua.
Varios congresistas en el Atlántico anunciaron no aspirar a la reelección en las elecciones de 2026, al sentir que han bajado demasiado peso por la dieta presidencial. Uno de los afectados es el senador Mauricio Gómez, al verse desencajado y con la piel pagada a los huesos. Otro es el presidente del Senado Efraín Cepeda, envejecido en el último año por la presión al no disponer para las elecciones venideras con el músculo económicos y burocrático del ministerio de Agricultura, ICA, Coljuegos etcétera. Muchos de sus amigos han manifestado que lo ven pálido, desencajado e ido al hablarle. Gómez y Cepeda serán los grandes ausentes en el debate electoral venidero. Otros congresistas se encuentran en semejante situación la cual iremos revelando en próximas columnas.
______________
Periodista y escritor