La propuesta para implementar un Plan de Ordenamiento de la Zona Marítima Portuaria se constituye en un paso fundamental para comenzar un camino que le permita a Barranquilla acabar con las soluciones temporales a los problemas del canal navegable.
Así lo considera el alcalde Jaime Pumarejo Heins, quien, junto a la empresa internacional de consultoría en ingeniería Royal Haskoning DHV, le presentó al sector portuario la propuesta que contempla una terminal de aguas profundas y un Plan de Protección para la playa de la ciénaga de Mallorquín.
Se trata de una hoja de ruta que es el resultado de un trabajo cuya meta es conjugar los dos componentes (un sector portuario competitivo y la conservación ecoturística) con el fin de hacerlos complementarios y que ambos se conviertan en propulsores del desarrollo de la ciudad.
El objetivo principal del Plan de Ordenamiento de la Zona Marítima Portuaria es hacer realidad las infraestructuras que permitan atender las necesidades actuales y futuras del sector portuario e industrial y brindarle las herramientas que le permitan el crecimiento económico y la potencialización de la ciudad como nodo de intercambio comercial y centro de transporte multimodal.
A este plan el alcalde lo ha llamado ‘Puerto Futuro’, e incluiría -entre otros elementos- las proyecciones de carga, un programa de inversiones portuarias para un periodo de 24 a 30 años, evaluación de impactos ambientales, definición de primera fase de expansión portuaria, determinación de ingresos futuros y factibilidad financiera de desarrollo del puerto.
“Esta es la manera de ver una terminal marítima que le preste servicios a todos los puertos de Barranquilla, y le permite al sector portuario seguir compitiendo en un escenario cada día más difícil. Y a Barranquilla, le permite seguir creciendo, generar empleo, ser una ciudad cada día más competitiva”, dijo.
Uno de los enfoques de la propuesta es la conservación medioambiental del tesoro natural de Barranquilla: la ciénaga de Mallorquín, uno de los proyectos estratégicos de la administración Pumarejo. Para eso, el Plan de Protección propone diferentes esquemas para la estabilización y restauración de las playas, como espolones, rompeolas, enrocado o aportaciones de arena.
Ser una potencia del sector ecoturístico de la ciudad es el objetivo que visiona el mandatario, con lo cual se pueden generar unos ingresos derivados de actividades como avistamiento de aves, deportes náuticos y el turismo de ocio. Varios inversionistas han manifestado interés para la construcción de ecohoteles cinco estrellas, atraídos por el proyecto de recuperación integral de la ciénaga de Mallorquín.