El inicio de año es tormentoso para sentarse a escribir una columna sin haber pasado aun el guayabo del año viejo. Sin embargo, esta es la segunda que escribo en el transcurso del mes. Regularmente lo hago todos los miércoles de nueve de la mañana a dos de la tarde al dejar de teclear el ordenador para luego imprimirla y dejarla reposar sobre el escritorio para que se añeje como el mejor vino. Es una manía que no he logrado superar, pero es la que me da resultados a la hora de hallar el mejor buqué al artículo, que en pañales, muestra su mejor aroma. Horas después, la retomo para revisión y corrección con el fin de encontrar el tono y el estilo de una verdadera obra maestra. De lo contrario, todo estará perdido.
En ciertos casos, sin tema definido, empiezo a sudar frío al transcurrir las horas sin lograr sentarme frente a la pantalla a escribir. Unos dirán que son los síntomas del síndrome de la hoja en blanco, pero más bien creo primordial definir la estructura del artículo antes de sentarme a escribir. Leo algunos titulares de prensa para reencontrar el camino perdido, pero el intento es fallido. Recurro a la memoria de los amigos de calle para hallar las ideas extraviadas y cuando reacciono esta empieza a fluir como vientos libres sin rumbo fijo. Es la magia que brota para hacer su trabajo. Sin esta es difícil encontrar las palabras precisas que encajen en el rompecabezas a la hora de armarlo pieza por pieza.
Finalmente decido sentarme a escribir para desarrollar la trama del artículo en la mayoría de los casos temas de ciudad y departamento por las fallas que presentan los gobernantes a la hora de enfocar las soluciones a problemas puntuales. Las falencias es lo que me da pie para criticar con rigor, no con apasionamientos partidistas, del que estamos curados al momento de construir el artículo. Una y otra vez tenemos que decirlo, el estilo de gobernar del alcalde Char y del gobernador Verano es desatinado, al haberse desgastado y envejecido en el tiempo por los resultados negativos obtenidos en el año que acaba de culminar. Estilo que arrastran de sus administraciones anterior y que han replicado en este nuevo periodo con un mal comienzo.
Se enfrascaron y cegaron en apostarle a la cosmetología que en resolver de fondo los temas de seguridad, movilidad, espacio público, informalidad etcétera, que no ceden, por la forma como se diseñan las estrategias para combatirlos, que siguen siendo las mismas de antaño sin ninguna innovación. El fin es cumplir el compromiso con los contratistas, grandes inversionistas de sus campañas electorales para llegar al poder. El alcalde y el gobernador se quedaron anclados en la vieja Colombia de 1991 al recurrir a la única salida que han encontrado para combatir los males de la sociedad: la represión, como única forma de gobernar. Son como caballos de carga con bridas y tapaojos para llegar al lugar sin posibilidad alguna de perderse. No han logrado superar el viejo esquema de gobernar con represión, es decir, perseguir, capturar y encarcelar al delincuente, que en nada contribuye a resolver los problemas de Barranquilla y el Atlántico, toda vez que en cuestión de horas este es cobijado por una fiscal de la URI con el beneficio de casa por cárcel por el hacinamiento en las cárceles de la ciudad.
El tiempo ha sido el mayor verdugo de sus gobiernos. En el caso de Barranquilla los problemas que mortifican a la ciudadanía siguen haciendo de la suya. Los operativos contra la inseguridad, a pesar de las millonarias inversiones ejecutadas en 2024, no han sido contundentes a la hora de resolver o mermar el problema. Las cifras conocidas del año que acaba de culminar arrojan en el distrito y su Área Metropolitana 814 muertes violentas lo cual desnuda la poca efectividad de las medidas tomadas, para colmo de males, insiste el alcalde Char en seguir implementándolas para este 2025. A la fecha, 22 de enero, el volumen de muertes violentas entre Barranquilla (31) y Soledad (15) es de 46, lo que pronostica que al terminar el mes será uno de los más violentos de la era Char.
Entretanto, en el departamento la ola de asesinatos en el 2024 fue de 87 distribuidos en los 18 municipios restantes, lo que permite desnudar que el gobernador Verano sigue copiando o creyendo inocentemente en el mismo esquema de combatir la delincuencia del alcalde Char, su salvador electoral, al seguir con el juego de más CAI, pie de fuerza, motocicletas, armas, vehículos y ahora, drones. En lo corrido del mes se registran 13 asesinatos cometidos en varios municipios.
No han podido el alcalde y el gobernador dar con la solución de replegar a los delincuentes a fin de devolver la tranquilidad a la ciudadanía atlanticense, por una sencilla razón: no se han percatado que estamos en otra época y los grupos delincuenciales saben como funciona el viejo y desgato sistema de combatirlos. Cada vez que el alcalde y el gobernador convocan un Consejo de Seguridad para analizar la situación de orden púbicos los delincuentes conocen de memoria el paso a dar. Por eso son inderrotables.
Es el circulo vicioso en el que incurro al enfocarme a escribir reiteradamente sobre las desastrosas administraciones que desarrollan el alcalde Char y el Gobernador Verano, con los fenómenos de antaño, que continúan afectando la tranquilidad y el buen funcionamiento de la ciudad y el departamento, como lo son la galopante inseguridad, la caótica movilidad, la asfixiante informalidad, el impaciente espacio público, la creciente pobreza y desigualdad y pare de contar.
Hay que reconocer que al alcalde Char y al gobernador Verano les va de maravilla en la cosmetología al seguir alimentando el sofisma de distracción a la ciudadanía con la construcción de plazas y parques para embellecer sectores, según los cálculos de ellos, mejoran el entorno y por consiguiente la seguridad.
Las cifras de asesinatos en 2024 los desmienten al crecerles la nariz como Pinocho y los llama hacer un pare en el camino para revisar sus fallidas medidas para que no se sigan despilfarrando los dineros públicos los cuales son sagrados al venir de los bolsillos de los contribuyentes.
Es el momento de convocar una gran Cabildo Abierto para que el alcalde y el gobernador expliquen detalladamente a la ciudadanía los resultados de sus medidas para combatir la delincuencia y las multimillonarias inversiones para tal fin. Es justo y necesario.