Petro lapidado

Gustavo Petro, Danilo Rueda y su hermano Juan Fernando. Cortesía: Campaña Petro

CRÓNICAS POLÍTICAS – POR CARLOS HERRERA DELGÁNS

Una de las puertas alambradas de la cárcel La Picota de Bogotá se abrió a las 9:26 a.m. del pasado 8 de abril de 2022, para permitir el ingreso del biólogo y filósofo Juan Fernando Petro, hermano del candidato a la presidencia de la República Gustavo Petro y de Juan Danilo Rueda, coordinador nacional de la Organización No Gubernamental (ONG) Comisión Intereclesial de Justicia y Paz.

Juan Fernando Petro llegó a la penitenciaria a cumplir una invitación que le extendiera el presidiario Franklin Chaparro Carrillo, exalcalde de Villavicencio, que purga una condena de 39 años por los delitos de homicidio agravado y concierto para delinquir, mientras que Juan Danilo Rueda lo hacía por Ronald Housini Jaller, exgobernador de la isla de San Andrés, que paga una condena de 7 años por los delitos de concierto para delinquir, celebración indebida de contratos, peculado por apropiación y cohecho.

Los defensores de derechos humanos llegaron a cumplir una cita humanitaria sin pensar que seis horas después, 3:35 p.m., de abandonar el centro carcelario, se desatara una de las más tenebrosas tormentas política en el país, por el matiz que le han dado al tema los opositores del candidato presidencial Gustavo Petro. Desde entonces, enormes olas de 18 metros de altura azotan las costas rocosas del país.

Comienzo del calvario

La noticia de la visita de Juan Fernando Petro a la Picota se extendió como pólvora en un campo de batalla por el efecto que ha tenido para la campaña de su hermano Gustavo, que ha salido a dar las explicaciones del caso para no ver afectada su campaña, que según la última encuesta de intención de voto realizada por la firma Centro Nacional de Consultoría y publicada el pasado 2 de abril, la lidera holgadamente con el 36,5 por ciento, respecto al segundo que le sigue que es Federico Gutiérrez con el 24,5 por ciento, el cual ha aprovechado el ‘papayazo’ que le han dado para saciarse contra su principal adversario.

En una campaña electoral tan cerrada como la que se vive, cualquier error humano que cometa uno de los candidatos en contienda, sobre todo el que lidera las encuestas de intención de votos, los otros tratarán de aprovechar para pescar votos en rio revuelto y desacreditar al opositor ante el electorado. Quien no aproveche es porque se fue a ver ballenas al pacifico.

Sin embargo, lo que no puede aceptarse es que los opositores incurran en calumnias, montajes y propaganda negra para desacreditar al candidato por el resbalón dado. Es el modus operandi de los políticos domésticos, que esperan como un felino al acecho a que el adversario cometa el mínimo error para irse encima y despedazarlo. Es lo que se está viendo, un triste y bochornoso espectáculo en el que la derecha secundado por medios de comunicación al servicio del régimen lapidan al candidato del Pacto Histórico.

Se agravó más la situación, cuando corrió la noticia de que Juan Fernando Petro se reunió, lo cual no estaba programado en la visita, con otros presidiarios del Pabellón ERE Sur de la cárcel, más conocido como el patio de la parapolítica. Allí Petro dialogó con otros presos que purgan condena por varios delitos, tal es el caso del exsenador Iván Moreno; el exsenador Álvaro ‘El Gordo’ García Romero; Ronald Housini Jaller, exgobernador de la isla de San Andrés, entre otros.

Juan Fernando Petro señaló a la prensa, cuando le preguntaron sobre la reunión con otros presidiarios de la cárcel que no estaba en la visita, lo siguiente: “Es correcto, porque no es solo con Iván Moreno. Quiero dejar claridad en eso porque, como siempre, en este país las cosas se llenan de suspicacias y, bueno, hay que aclararlas. Hablamos con Iván Moreno, estuvimos con Álvaro García Romero, el que le decían ‘El Gordo’ García. Estuvimos con Germán Chaparro, con el exgobernador del Putumayo, con el exgobernador de San Andrés, con un representante, creo que es del departamento de Córdoba. Estuvimos reunidos con varias personas que nos habían invitado”.

Propuesta del perdón social

Tres días después de la visita de Juan Fernando Petro a la cárcel La Picota, la prensa abordó al candidato presidencial Gustavo Petro para preguntarle por la presencia de su hermano en la penitenciaria de máxima seguridad. Esto fue lo que respondió: “Hablando con Iván Moreno, que es el que yo metí a la cárcel (…) del carrusel de la contratación en Bogotá, que no es narco, no es parapolítico, es corrupto o fue corrupto, él está en un proceso muy interesante desde el punto de vista personal, ustedes pueden ir a hablar con él y comprobarlo. Lo que él nos ha sugerido, Iván Moreno, es ser constructor de lo que yo he propuesto, que se llama el perdón social y eso se está discutiendo dentro de las cárceles, lo que se llamaría el perdón social”.

El candidato de izquierda ha explicado plena tormenta en que consiste su propuesta del perdón social. El pasado 13 de abril escribió en su cuenta digital twitter lo siguiente: “El perdón social no es impunidad, es justicia reparativa. El perdón social no es encubrimiento, es un proceso de verdad histórica. El perdón social no es ni jurídico, ni divino, es un perdón terrenal de la ciudadanía. El perdón social no lo ordena el presidente, sino la sociedad”.

En otro trino dijo: “El perdón social es social. Sin perdón no hay reconciliación. Si el país ha vivido décadas de violencia, la única manera de saldar las heridas es a partir de un inmenso perdón global. El perdón social es un proceso histórico que implica justicia reparativa y verdad”.

Desde entonces, la discusión se tornó acalorada y polémica por la explicación que entregó el candidato presidencial. Para sus contradictores es la puerta que se piensa abrir a los delincuentes para que queden en libertad antes de cumplir la condena, mientras que para otros es todo lo contrario, puesto que lo que busca la propuesta es que los condenados tengan la posibilidad de hallar el perdón por la sociedad no por la justica, mediante el arrepentimiento por los delitos cometidos, ya que de esa manera se encuentra la verdad, la reconciliación y la reparación de muchas víctimas por parte de los victimarios.

Por su parte la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz mediante comunicado aclaró lo siguiente: “La visita realizada por Juan Fernando Petro, hermano del candidato presidencial Gustavo Petro, el pasado 8 de abril a la cárcel La Picota, en compañía de Danilo Rueda y  gestionada por el abogado Pedro Niño, en ningún momento y en ninguna circunstancia se habló de ofrecer rebajas de penas, amnistías, indultos o de beneficios judiciales por nuestra presencia, ni de dineros, ni de votos a favor de una campaña por nuestra presencia. Nunca nuestra organización habló de perdón social, siempre de derecho restaurador”.

En la campaña de Petro han aceptado que la propuesta es inoportuna e improductiva a estas alturas de la campaña por los inconvenientes que se han presentado, donde el candidato ha aclarado su alcance, pero que sus opositores tergiversan para sacar rédito, lo que para muchos analistas es valedero.

La metida de pata del hermano de Gustavo Petro, como él mismo lo ha manifestado “Es un ‘papayazo’ que hemos dado”, y por supuesto las otras campañas, en particular la de Equipo Colombia, ha armado una tormenta en un vaso de agua para desprestigiar a su principal competidor.

Lo que han comentado analistas electorales a raíz del escándalo que se ha armado con la propuesta de Petro del perdón social y la visita a la cárcel La Picota de su hermano es que los más de cinco millones de votos obtenidos por el Pacto Histórico en la consulta popular del pasado 13 de marzo se encuentran intactos por la convicción que tienen de su candidato presidencial, puesto que están convencido de que todo lo que está sucediendo es un montaje de la derecha para vilipendiar al líder de la izquierda democrática.

El problema sin duda es con la franja de indecisos, la cual siente temor por la candidatura de Gustavo Petro. Más aún con lo que está proponiendo a la población carcelaria, lo que para muchos es un absurdo e inconveniente para la justicia, por lo desprestigiada que está.

Eso sí debe preocupar a la campaña de la izquierda que para poder ganar debe atraer como un imán a aquellos electores que de una u otra manera no creen en los políticos y en los partidos. Al final de cuentas son los que deciden la elección, puesto que terminan votando por el candidato que les representa el menor riesgo.

La tormenta política que ha desatado la visita de Juan Fernando Petro a la cárcel La Picota de Bogotá y la propuesta del perdón social por Gustavo Petro se extenderá por muchos días más, puesto que la derecha no dejará pasar el ‘papayazo’ que le han dado para desestabilizar al candidato del Pacto Histórico.

Las redes digitales serán el escenario en el cual muchos cibernautas exterioricen lo peor del ser humano: la rabia y el odio.